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Nuestra Historia

En 1988, después de trabajar durante los 11 años anteriores en los Estados Unidos y en Alemania, Jesús Prieto decidió embarcarse en un camino completamente diferente para su carrera. Decidió abandonar la multinacional norteamericana para la que había estado trabajando durante los últimos nueve años en Alemania, renunciando a los beneficios y estilo de vida que disfrutaba como expatriado, además de a un magnífico sueldo alemán, para enfocarse en la creación de su propia empresa.

Sin darse cuenta de ello, Jesús Prieto se había estado preparando largos años para este momento. Tras terminar su Certificación Profesional en Mecánica, en Sevilla, y sus estudios de grado en Ingeniería Industrial en Madrid, continuó su formación graduándose con un MSBA en el Metropolitan College de la universidad de Boston, en su campus ubicado en Alemania. Allí fue donde empezó a desarrollar un interés en el negocio, pensando en las oportunidades que podrían estar disponibles en el mercado español.

En esos tiempos, España estaba manifestándose más próspera gracias a la llegada de empresas europeas de una gran variedad de sectores, incluida la industria del automóvil. Ello, combinado con el hecho de que había muy pocas empresas especializadas en el área de los sistemas de diseño de ingeniería, determinaron que Jesús pudiera ocupar este nicho de mercado combinando su carácter emprendedor, la tecnología y la oportunidad del mercado.

En septiembre de 1988 fundó CADTECH y desde el primer día la empresa empezó a ir en una dirección que la diferenció del resto de empresas. La implicación, el compromiso y la dedicación al servicio ayudaron a que la empresa creciera rápidamente, convirtiéndose enseguida en un proveedor líder para alguna de las firmas industriales más importantes en el país.

Jesús creó a su alrededor un equipo de profesionales con gran dedicación, los cuales compartían los mismos valores que la empresa, y la pasión de estos por la ingeniería y la tecnología aseguraron el crecimiento de una sólida relación. Los resultados de todo ello pueden apreciarse por el hecho de que Joan Font y Vicente Egea pasaron a ser socios, después de haber estado un tiempo trabajando como empleados de la empresa.

Cadtech disfrutó de un crecimiento sostenido, tanto en términos de facturación como en su expansión geográfica. Se establecieron nuevos centros en toda España, respetando la estrategia de la empresa de situarse cerca de sus clientes a fin de prestarles el mejor servicio posible. Por otra parte, se creó un espíritu federal, en el que el conocimiento de la cultura local permitió adaptar los servicios a las necesidades de cada cliente en cada área geográfica. La centralización de actividades fue limitada drásticamente, gravitando la toma de decisiones en las personas que proporcionaban el servicio, esto es: en aquellos que estaban en contacto directo con el cliente. Ellos eran los que tomaban las decisiones. El poder fue delegado y descentralizado.

La empresa encontró enseguida más nichos de mercado a los que expandirse y empezó a explorar otras áreas tecnológicas, incluidas las de comunicación de datos, integración de sistemas e ingeniería. Estas actividades se cultivaron dentro de Cadtech con el resultado de que las más prometedoras fueron establecidas como empresas segregadas. Se les dio su propia estructura de dirección, cuenta de resultados y financiación propios, despegando gracias al espíritu emprendedor de las personas en la organización.

Cadtech Ingenieros nació de esto, y pronto se dio a conocer como CT Ingenieros, una empresa que pasó a ser el paraguas de una gran variedad de actividades de desarrollo y proyectos de ingeniería. Después de varios años trabajando con oficinas técnicas a lo largo y ancho del país, entraron más y más proyectos, multiplicándose el número de clientes que solicitaban sus servicios. La empresa empezó a contratar externamente proyectos de ingeniería y experimentó un importante crecimiento en un breve espacio de tiempo.

Primero fue el sector del automóvil, en el que Cadtech tenía una gran base de clientes que ya conocían la habilidad de la empresa. A continuación llegó la industria de la aviación, dando lugar a un increíble crecimiento. Durante los siguientes años llegaron los sectores naval y de ferrocarriles y, finalmente, la empresa se diversificó en los campos del petróleo, gas y energía renovable.

En solo unos pocos años, CT Ingenieros pasó a ser la mayor empresa de España en ingeniería mecánica, con varios cientos de ingenieros trabajando en los proyectos más recientes. CT Ingenieros consolidó su posición en el mercado, disfrutando de una sólida reputación entre los clientes. La empresa también empezó a conocerse en las más importantes universidades del país, como un lugar en el que la gente importaba y en donde los beneficios a largo plazo prevalecían respecto las ganancias a corto plazo. La tasa de rotación de personal lo confirmaba cada año, y el ambiente de trabajo fue valorado consistentemente por sus empleados. En 2003 la empresa fue nominada por «Great Place to Work» como una de las mejores empresas para trabajar en España.

En 2008, el grupo CT Ingenieros fue elegido por el Grupo EADS, líder europeo en aeronáutica, espacio y defensa, como su socio preferido (E2S) en ingeniería. Aquel hito puso a la empresa en el mapa mundial. Se abrieron nuevas oficinas en Francia, Alemania, Reino Unido, Brasil e India, y comenzó el proceso de expansión internacional. Se hicieron varias adquisiciones de empresas de ingeniería locales, facilitándoles recursos financieros y sistemas para la gestión de proyectos, de forma que pudieran atender al crecimiento en sectores de nuevas tecnologías.

Aquí es donde encontramos al CT Ingenieros de hoy, desarrollando proyectos en tres continentes, y trabajando con empresas industriales líderes en los sectores aeroespacial, automoción, ferrocarriles, naval, centrales de energía y plantas industriales. La recogida de los frutos del conocimiento tecnológico adquirido ha permitido a CT participar en la superación de los mayores retos industriales de los años más recientes.

Unidos por una pasión por la tecnología y un profundo compromiso en el servicio al cliente, el grupo CT Ingenieros celebró en 2013 su 25 cumpleaños. Quizá por tratarse de una empresa de ingeniería dirigida por ingenieros, su ánimo ha sido el crear una empresa en la que todos los ingenieros quieren trabajar. Y eso es precisamente lo que los clientes aprecian: fiabilidad técnica, coherencia y profesionalismo.